Tenìa una cifra
tu blanco pañuelo,
roja cifra de un nombre que no era
el tuyo, mi dueño.
La fina batista
crujìa entre tus dedos.
-¡Què bien luce en la albura lasangre!...-
te dijo riendo.
Te pusiste pàlida,
me tuviste miedo...
¿Què miraste? ¿Conoces acaso
la risa de Otelo?
Rubén Darío
No hay comentarios:
Publicar un comentario