miércoles, 12 de junio de 2013

Tenìa una cifra.

Tenìa una cifra
tu blanco pañuelo,
roja cifra de un nombre que no era
el tuyo, mi dueño.
La fina batista
crujìa entre tus dedos.
-¡Què bien luce en la albura lasangre!...-
te dijo riendo.
Te pusiste pàlida,
me tuviste miedo...
¿Què miraste? ¿Conoces acaso
la risa de Otelo?



Rubén Darío

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